Aunque la muerte es algo que vemos muy lejano, contratar un seguro de decesos evitará problemas futuros en caso de fallecimiento de cualquier familiar.
Una póliza de seguro de decesos cubre los gastos que se derivan del fallecimiento de una persona. Estos gastos hacen referencia principalmente al tiempo que el féretro está en el tanatorio, el coche fúnebre, esquelas, el entierro o incineración…
Entre las coberturas básicas de un seguro de decesos, se encuentran los gastos administrativos, que son, entre otros:
- Baja en la seguridad social.
- Certificado de defunción.
- Fe de vida.
- Partidas de defunción y testamento.
- Solicitud de pensión por orfandad, viudedad, jubilación…
- Herencias.
Normalmente, es un profesional quien se encarga de todas estas gestiones administrativas, con el fin de evitar a la familia quebraderos de cabeza en un momento tan complicado.
Seguros de decesos: coberturas adicionales
Hay que dejar claro que, como en cualquier tipo de póliza, es el usuario quien decide qué tipo de coberturas incluir o no.
A parte de las coberturas básicas, se pueden incluir otro tipo de coberturas adicionales en un seguro de decesos.
Hay veces, que, por desgracia, el fallecimiento de una persona puede ocurrir fuera de su residencia habitual y es necesario repatriar el cuerpo y a los familiares hasta el país de origen para que pueda ser enterrado. Hay compañías de seguros que ofrecen una cobertura en la que se incluyen los gastos del traslado del cuerpo a su país.
Las coberturas de un seguro de decesos variarán en función de lo que ofrezca la compañía aseguradora con quien se contrate el seguro. En algunos casos, muchas compañías incorporan coberturas adicionales al paquete de coberturas básicas, pero en otros, las coberturas adicionales aumentan mucho el precio de la prima a pagar.
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